Las Diputaciones

CSI·F EN DEFENSA DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS 

                           De nuevo y ante la proximidad del proceso electoral que tendrá lugar el próximo mes de diciembre en nuestro país, las Diputaciones Provinciales vuelven a ser cuestionadas por parte de ciertos partidos políticos que anteponen su mentalidad “populista” y desconocimiento manifiesto, para poner en cuestión  su funcionalidad así como su propia necesidad, abogando en sus programas electorales por su total desaparición. Son las Diputaciones, con más de doscientos años de vida, los pilares básicos de los municipios, contribuyendo día a día al equilibrio territorial, prestando servicios de primera necesidad e impulsando actuaciones complementarias que mejoran la gestión local, especialmente en los municipios más pequeños, los cuales por sí solos serian incapaces de ofrecer los servicios  mínimos necesarios  a sus ciudadanos.

                            Las Diputaciones Provinciales son el sustento y el apoyo de la mayoría de los municipios de España así como la institución cooperante necesaria para estos, sin ellas, no solo quedarían desamparados, sino directamente abocados a su desaparición. ¿O podríamos creer que los más de 5.900 municipios que existen en España menores de 2.000 habitantes, tienen capacidad económica suficiente y personal cualificado para atender mínimamente a la conservación de sus calles y plazas, a la conservación y explotación de la red provincial de Carreteras, a la conservación de sus edificios, a la recogida de residuos y el tratamiento de éstos, a la prevención y extinción de incendios que de manera tan cualificada como profesional viene desarrollando el SEPEI, al asesoramiento y su asistencia jurídica que presta el servicio de ATM, a la conservación de la red de caminos municipales, al abastecimiento de agua potable, alcantarillado o a la prestación de servicios, por  parte de funcionarios especializados, como son los Secretarios-Interventores,  de determinadas funciones que por ley deben ser  desempeñadas por los municipios.

                           La actual redacción del artículo 141 de la Constitución, no admite la desaparición de la provincia, ni de las actuales Diputaciones y debe ser reconocido y valorado el importante papel que desempeñan en el conjunto de la sociedad, ya que, por su experiencia y cercanía al ciudadano, prestan mejor los servicios que éste demanda. De esta forma no puede ser ignorado el origen constitucional de la autonomía provincial, reconociendo la importancia de su papel en el ejercicio de competencias propias en la ayuda a los pequeños municipios y el fomento de los intereses provinciales.

                              Es por ello, especialmente insultante que algunos partidos políticos, después de perder el liderazgo político o aquellos otros que ni siquiera se molestan en presentar candidaturas en los municipios, propongan ahora la supresión de las mismas simplemente porque no las gobiernan.

                            Lo que exige la sociedad es la ejecución de la Ley  27/2013, de 27 de diciembre, de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local, que vino a reformar a la Ley 7/85, de 2 de abril, de Bases de Régimen Local, para reforzar el papel de las Diputaciones Provinciales y para definir con precisión las competencias que deben ser desarrolladas por la Administración Local, diferenciándolas de las competencias estatales y autonómicas, para con ello evitar la duplicidad de competencias.

                          Consideramos que los esfuerzos deben ir encaminados a aumentar la eficacia, eficiencia y economía en la gestión de los recursos públicos, sin olvidar que cualquier acción política, debe ir orientada a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos con independencia del lugar de residencia que haya elegido, defendiendo la

existencia de las Diputaciones por ser claves para mejorar la calidad de vida de las provincias.

                          Las Diputaciones son una institución imprescindible y necesaria para asegurar el progreso y la existencia de nuestros pueblos, de la gente de nuestro medio rural y así se puede comprobarse si es revisado el papel de esta Institución a lo largo de la historia.

                         Su función está más que justificada y antes de reconsiderar el papel de las Diputaciones deberían analizarse otras reformas necesarias, ya que lo que más sorprende es la destreza de algunos políticos en conseguir multiplicar los cargos electos y los puestos de confianza.

                                                                      Albacete a 28 de octubre de 2015

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